Qué diferencia hay entre un edredón y una funda nórdica

A la hora de vestir la cama para las noches frías, se nos abre un abanico muy variado de opciones. Edredón, nórdico, colcha… Todos ellos sirven para taparnos y hacer que durmamos calientes y cómodos. Pero no son lo mismo.

Es por ello que queremos ayudarte a que tengas claras las diferencias entre los más comunes: el edredón y el nórdico. De esta forma, podrás elegir el que mejor cubra tus necesidades.

¿Qué es un edredón?

El edredón es una pieza independiente. Depende de la necesidad de calor se puede adquirir más o menos pesada.

Este suele estar diseñados con acabados finales: estampados, colores lisos, dibujos… Esto es porque acaba siendo la pieza final que viste la cama. Es decir, no necesita nada más.

Es una de las opciones más utilizadas desde siempre y podríamos decir que es el sustituto de las mantas en la cama.

En esta elección necesitaríamos completar la cama con una sábana bajera, una encimera y la funda de las almohadas.

¿Qué es un nórdico o funda nórdica?

Un nórdico o funda nórdica es, como bien indica su nombre, una funda donde incluimos el relleno.

Este relleno puede ser de plumas o fibras, según presupuesto y necesidad.

En este caso, el nórdico no es una pieza independiente (puesto que necesita del relleno); pero sí tiene menos requisitos. A la hora de vestir la cama, únicamente necesitamos la funda de almohada y la sábana bajera; ya que el nórdico sustituye las sábanas encimeras.

¿En qué se diferencian? ¿Cuál es mejor?

Por lo tanto, como ves, ambas opciones son perfectas para pasar los días de invierno.

Una clara diferencia entre nórdico y edredón es la posibilidad de cambiar el relleno de la funda nórdica por una más gruesa en invierno y por una más fina en otoño y primavera. Así adaptamos los niveles de calor que necesitamos.

Por otro lado, con el edredón, jugaríamos con las sábanas encimeras: una más cálida o de franela para invierno y otra de algodón o más fresquita para entretiempo.

Y tú, ¿con cuál te quedas?